Según el REAL DECRETO 1513/2006, de 7 de
diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación
primaria:
“La incorporación de competencias
básicas al currículo permite poner el acento en aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles, desde un
planteamiento integrador y orientado a la aplicación de los saberes adquiridos.”
Al finalizar la enseñanza
obligatoria, los alumnos deben haber desarrollado esas competencias para
conseguir su realización personal, ejercitar
la ciudadanía activa, incorporarse satisfactoriamente a la vida adulta y
ser capaces de desarrollar un
aprendizaje permanente a lo largo de la vida.
La organización y
el funcionamiento de los centros y las aulas, la participación del alumnado, las normas de régimen interno, el
uso de determinadas metodologías y recursos didácticos, o la concepción, organización y funcionamiento
de la biblioteca escolar, entre otros aspectos, pueden favorecer o dificultar el desarrollo de
competencias asociadas a la comunicación, el análisis del entorno físico, la creación, la convivencia y la
ciudadanía, o la alfabetización digital.
Además, la acción tutorial también
contribuye a la hora de adquirir las competencias básicas relacionadas con la
regulación de los aprendizaje, el desarrollo emocional o las habilidades
sociales. La inclusión de actividades extraescolares refuerzan el desarrollo de
las competencias.
En el marco de la propuesta
realizada por la Unión Europea, y de acuerdo con las anteriores consideraciones,
identificamos ocho competencias básicas,
pero aquí me voy a centrar en la competencia del “Tratamiento de la información
y competencia digital”:
El Tratamiento de la información y
competencia digital consiste en “disponer de habilidades para buscar, obtener,
procesar y comunicar información, y transformarla en conocimiento”. Incorpora
diferentes habilidades, que van desde el acceso a la información hasta su
transmisión en distintos soportes una vez tratada, incluyendo la utilización de
las tecnologías de la información y la comunicación como elemento esencial para
informarse, aprender y comunicarse.
Está asociada con la búsqueda,
selección, registro y tratamiento o análisis de la información, utilizando
técnicas y estrategias diversas para acceder a ella según la fuente a la que se
acuda y el soporte que se utilice (oral, impreso, audiovisual, digital o
multimedia).
Disponer
de información no produce de forma automática conocimiento. Transformar la
información en conocimiento exige de destrezas de razonamiento para
organizarla, relacionarla, analizarla, sintetizarla y hacer inferencias y
deducciones de distinto nivel de complejidad; en definitiva, comprenderla e
integrarla en los esquemas previos de conocimiento. Significa, asimismo,
comunicar la información y los conocimientos adquiridos empleando recursos
expresivos que incorporen, no sólo diferentes lenguajes y técnicas específicas,
sino también las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información y
la comunicación.
“Ser competente en la utilización de
las tecnologías de la información y la comunicación como instrumento de trabajo
intelectual incluye utilizarlas en su doble función de transmisoras y
generadoras de información y conocimiento”.
Mediante el uso de las tecnologías se
pretende crear personas autónomas,
eficaces, responsables, críticas y reflexivas al seleccionar, tratar y utilizar
la información y sus fuentes y capaces de resolver problemas reales de modo
eficiente.
Bibliografía:
Ministerio de Educación y Ciencia. (2006). REAL
DECRETO 1513/2006, de 7 de diciembre por
el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación primaria. (BOE núm.
293).
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